El insecto transmisor del mal de chagas prolifera en zonas rurales, calurosas y olvidadas. Autoridades sanitarias insisten en que eliminarlo es clave para frenar una enfermedad que avanza en silencio.
En la Colombia profunda, donde las casas aún se construyen con barro y techos de palma, el “pito” sigue acechando. Este diminuto insecto, nombre coloquial del triatomino, es el principal transmisor del parásito Trypanosoma cruzi, causante de la enfermedad de Chagas, una afección silenciosa que amenaza hoy a más de 12 millones de colombianos, según alertó el Ministerio de Salud.
En 595 municipios del país, las condiciones son propicias para que el “pito” anide y ataque. Son zonas cálidas, rurales y muchas veces olvidadas por la infraestructura pública. Solo en lo que va de 2024, el sistema SIVIGILA ha registrado 947 casos crónicos, 18 agudos y una muerte. En 2023, según el Dane, hubo 239 muertes asociadas a la enfermedad.
“El Chagas no solo mata: silencia y empobrece. Su control exige un esfuerzo colectivo. Necesitamos actuar con urgencia en las zonas endémicas, eliminar el vector y mejorar el diagnóstico desde el primer nivel de atención”, afirmó el ministro Guillermo Alfonso Jaramillo.
El país ha logrado avances: 66 municipios han sido certificados como libres de transmisión intradomiciliaria y otros 34 están en proceso. Se tamiza toda la sangre donada y se ha implementado una Ruta Integral de Atención en Salud para el Chagas (RIAS), aunque su cobertura aún no es completa. Desde 2019, más de 382 mil gestantes han sido tamizadas, lo que ha permitido prevenir cientos de casos de transmisión congénita.
Pero la amenaza persiste, sobre todo en las comunidades más vulnerables: el 28 % de los casos crónicos en 2024 corresponden a población indígena. La enfermedad también puede transmitirse por alimentos contaminados, transfusiones inseguras y de madre a hijo durante el embarazo.
Con el lema “Para prevenir y eliminar el Chagas, todos somos necesarios”, desde abril de 2025 se intensificaron las campañas de sensibilización. El llamado es claro: reforzar las viviendas, eliminar el vector, capacitar al personal de salud rural y garantizar acceso al tratamiento gratuito incluido en el Plan de Beneficios en Salud.
⚠️ Medidas urgentes que salvan vidas:
Sellar grietas en viviendas y usar barreras en ventanas.
Cocinar bien los alimentos y mantener áreas limpias.
Realizar controles prenatales para detectar el Chagas a tiempo.
En la lucha contra esta enfermedad, no basta con tratar: hay que erradicar al “pito”. Porque en la Colombia profunda, el olvido sigue siendo el mejor aliado del Chagas.




