Región Caribe

Campesinos del Catatumbo alzan la voz

Comunidades exigieron respeto a su dignidad y denunciaron agresiones armadas en zonas rurales del municipio.

Con la fuerza de la palabra y el respaldo de centenares de campesinos, las comunidades del Catatumbo marcharon este fin de semana para exigir lo más básico: el derecho a vivir. Entre consignas, pancartas y actos simbólicos, la movilización se convirtió en una denuncia colectiva ante la violencia que persiste en sus territorios, y una súplica por protección real para la sociedad civil, especialmente en las zonas rurales más olvidadas.

La marcha, liderada por organizaciones sociales y voceros comunitarios, dejó claro que no se puede seguir normalizando la guerra contra quienes cultivan la tierra. “Los campesinos no somos objetivo militar. Somos guardianes de la vida, sembradores de alimento y esperanza. Exigimos que nos cuiden, no que nos maten”, dijo una de las lideresas durante el recorrido que unió a varias veredas con el casco urbano del municipio.

Los participantes reclamaron al Estado su responsabilidad de garantizar los derechos fundamentales en regiones históricamente azotadas por el conflicto armado. Pidieron una presencia institucional que vaya más allá del discurso y que se traduzca en inversión social, justicia, protección y acompañamiento para quienes están siendo revictimizados por las balas y el abandono.

Frente a la presencia constante de actores armados ilegales, las comunidades reiteraron su rechazo a toda forma de violencia y su firme apuesta por la construcción de paz desde el territorio. En un comunicado final, solicitaron a los grupos armados cesar las hostilidades contra la población civil y respetar el derecho internacional humanitario.

La marcha cerró con un acto simbólico: decenas de mariposas de papel fueron alzadas al cielo, recordando que la transformación es posible. Así como la oruga necesita tiempo, cuidado y libertad para volverse mariposa, las comunidades del Catatumbo también necesitan protección, justicia y paz para desplegar sus alas y vivir dignamente en su tierra.

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